Ciudad de México
Por Leonardo Resendiz Ortega
La gastronomía de México es conocida mundialmente como una de las mejores, esto se debe a los diferentes sabores que se manejan en los platillos tradicionales de los estados de la República mexicana y entre estos estados aparece el mítico Yucatán, que nos ofrece uno de los platos más exquisitos dentro de nuestra oferta gastronómica.
La sopa de lima es un claro ejemplo de cómo los ingredientes más sencillos pueden convertirse en una obra maestra culinaria en manos de quien sabe combinarlos con maestría.
En su versión más tradicional, este plato lleva jugo de lima (Pero no cualquier lima, sino la lima yucateca, esa variedad local que tiene un sabor único, imposible de replicar con otros cítricos), pollo deshebrado, tiras de tortilla frita, y un caldo aromatizado con hierbas y especias que hacen la experiencia del sabor algo especial.
Yucatán es una región que ha sabido conservar con celo su identidad culinaria, una fusión exquisita de tradiciones mayas ancestrales con influencias europeas, caribeñas y del Medio Oriente. La sopa de lima es reflejo de esa mezcla, un platillo que ha trascendido el tiempo, adaptándose sin perder su esencia.
La sopa de lima es también un recordatorio de la importancia de los ingredientes locales y de temporada. En un mundo donde la comida rápida y los sabores globalizados ganan terreno, platillos como la sopa de lima nos enseñan el valor de lo autóctono, de lo que crece en nuestro suelo y se cocina en nuestras casas, manteniendo vivas las tradiciones y los sabores que nos definen.
Cabe aclarar que la lima es una fruta que no es originaria de México, esta fruta fue traída en la época de la conquista, es por eso que la sopa de lima es una perfecta combinación entre dos mundos.
¿Ustedes han comido sopa de lima? ¿Qué opinan de este platillo tradicional mexicano?