«Papantla: La ciudad de los pájaros ruidosos»

Ciudad de México 

Leonardo Resendiz Ortega

Papantla es uno de los pueblos mágicos más famosos en territorio mexicano y se encuentra en el estado de Veracruz, exactamente al norte, a 270 kilómetros de la capital del estado.

Papantla es un lugar donde la magia no es solo una palabra, sino una realidad que se respira en sus calles, se siente en su aire y se vive en cada rincón. Nombrado Pueblo Mágico desde 2012, este sitio encantador ofrece un viaje a través del tiempo, la cultura y las tradiciones que forman el alma de México.

Papantla tiene uno de los bailes más famosos de todo México; los voladores de Papantla, la expresión comúnmente utilizada “¡Ay Papantla tus hijos vuelan!” se refiere a los voladores tan famosos de este pueblo mágico. Esta tradición, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, es más que una atracción turística, representa una comunicación espiritual entre el hombre y el universo, una danza que entrelaza el cielo y la tierra. Verlos girar en el aire, al ritmo de flauta y tambor, es presenciar una página viva de la historia totonaca.

Papantla es la representación de lo que debe ser un pueblo mágico, teniendo tradiciones que son reconocidas por la UNESCO, festividades que llaman la atención de todo el país, zonas arqueológicas majestuosas y campos de vainilla que abastecen a todo el país y a otros países.

A pocos kilómetros de Papantla se erige el majestuoso El Tajín, una ciudad prehispánica que fue el centro de la civilización totonaca. Sus pirámides y nichos son testigos de piedra de una época donde dioses y hombres escribieron juntos la historia. 

Pasear por El Tajín no es solo un recorrido turístico; es una exploración de misterios y leyendas, un diálogo silencioso con aquellos que caminaron por estas tierras hace siglos.

Y para rematar Papantla también cuenta con campos de vainilla, el famoso “oro negro” así llamado por los habitantes del pueblo, ese nombre se debe a que la vainilla ha impregnado su cultura y economía. Este lugar es cuna de la vainilla, y su aroma permea cada rincón del pueblo. Aquí, la vainilla no es solo un cultivo; es una herencia, una tradición que pasa de generación en generación.

Visitar las plantaciones y ver el delicado proceso de cultivo y curado es entender por qué la vainilla de Papantla es apreciada mundialmente.

La habilidad de los artesanos de Papantla es otro de sus tesoros. Madera, textiles, y trabajos en vainilla se transforman en expresiones artísticas en manos de estos creadores. Cada pieza es única, contando historias de un pueblo que se niega a dejar que sus tradiciones se desvanezcan en el olvido.

La cálida hospitalidad de los papantecos es un componente clave que atrae a turistas internacionales. La disposición de la comunidad local para compartir sus historias, tradiciones y conocimientos crea experiencias auténticas y memorables para los visitantes.

El turismo internacional tiene un impacto significativo en la economía local de Papantla. La afluencia de visitantes genera empleo en el sector turístico, impulsa el comercio local y contribuye al desarrollo sostenible de la región.

Y ustedes godinez, ¿Ya han visitado Papantla?

PAPANTLA

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