«El árbol de amor: Una leyenda que tiene origen durante la ocupación francesa»

Ciudad de México 

Por Leonardo Resendiz

La leyenda del árbol del amor es muy famosa entre el pueblo zacatecano, porque es justo en ese estado donde se desarrolla su origen. 

La leyenda cuenta que en el tiempo de la ocupación francesa en México y la guerra de Reforma en un lugar ahora conocido como Plaza Miguel Auza.

Alrededor de 1860 en las acostumbradas casas señoriales, donde vivía una familia noble trabajaba una chica de nombre Oralia, esta chica era la encargada de la limpieza en la casa pero, de vez en cuando también se ocupaba del jardín del hogar, pero los jardines de este tipo de casas eran enormes, eran como extensiones de su grandeza, con fuentes ornamentales, setos perfectamente recortados y senderos que serpentean entre flores de colores vibrantes, y entre toda esta belleza del jardín se encontraba un árbol de hojas rosas el cual le daba toda la vida al jardín. 

Este árbol era cuidado minuciosamente por Oralia porque el sentarse bajo la sombra que le regalaba aquel árbol era lo más satisfactorio y hermoso para ella.

Oralia era una chica hermosa y es por eso que tenía dos pretendientes tras ella, uno de nombre Juan; un trabajador incansable en una mina y también trabajaba como aguador, el otro pretendiente se llamaba Philippe Rondé; un muchacho de buen corazón que provenía de Francia.

Juan estaba profundamente enamorado de Oralia porque la conocía desde hace mucho tiempo y sabía lo que le apasionaba, a lo que le temía, lo que amaba, pero no sabía lo que deseaba, entonces un día después de trabajar muchas horas en la mina Juan decidió trabajar el resto del día como aguador, pero no era algo pesado para él porque sabía que cuando entregaba agua una de sus clientas frecuentes era Oralia, entonces para él era bueno si quiera verla un momento. 

Cuando llegó a la casa de Oralia le entregó el agua y él sabía que ella amaba a ese árbol que estaba en el jardín así que le dio una porción extra para que no le faltara agua a su árbol. 

Oralia sabía lo que sentía por Juan, pero también quería a Philippe porque era un joven con tradiciones completamente diferentes a las de ella y era un mundo nuevo por descubrir.

Entonces confundida se sentó bajo el árbol y comenzó a llorar por lo confundida que se sentía, es así como sus lágrimas cayeron en la tierra y junto con sus lágrimas cayeron también las hojas del árbol. Ella volteó a ver al árbol y recordó todo el tiempo que había pasado desde que lo plantó, recordó como lo vio crecer y como lo regó, recordó todas las veces que sentó a llorar y a reír junto al árbol y entonces entendió que el árbol la conocía tanto a ella como lo hacía Juan, porque todos los días sin falta él le traía agua porque sabía lo importante que era ese árbol para Oralia.

Tomó la decisión de pasar toda su vida con Juan, pero con Philippe no pasó nada triste, él solo regresó a su país sin saber nunca la decisión que había tomado Oralia. Aquel árbol ya no existe, con el paso de los años lo talaron y con el tiempo se olvidó.

¿Ya conocían esta leyenda de Zacatecas?

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