Ciudad de México
Por Iván Enrique Aranza Palmero
Inmersos en la rica herencia culinaria de Hidalgo, los pastes se erigen como una auténtica delicia que ha cautivado los sentidos a lo largo de los años. Surgidos durante la llegada de la comunidad minera inglesa en el siglo XIX, estos pequeños emparedados se han transformado en un símbolo distintivo de la identidad gastronómica hidalguense.
Los pastes son empanadas rellenas con una mezcla exquisita de ingredientes, donde la carne, la papa y diversas especias se fusionan en una amalgama única de sabores. Su masa, fina y crujiente, sirve como el envoltorio perfecto para ese compendio de sabores que estallan en cada bocado.
La verdadera joya de los pastes radica en la diversidad de rellenos disponibles. Desde las clásicas opciones de carne de res hasta variantes más contemporáneas como hongos, flor de calabaza o chicharrón prensado, los pastes se adaptan a todos los gustos, convirtiéndose en una experiencia culinaria personalizada.
La elaboración de los pastes es un arte transmitido de generación en generación. La destreza de los maestros pasteleros hidalguenses se aprecia en la meticulosa preparación de la masa, la cuidadosa combinación de los rellenos y la habilidad para sellar cada empanada de manera impecable. Cada porción es un testimonio de maestría y devoción por la tradición.
El placer de disfrutar un paste va más allá de la simple degustación; es un ritual social que une a las personas alrededor de una mesa. Las panaderías locales se convierten en auténticos santuarios donde los sabores se mezclan con las historias compartidas. Es común presenciar a familias y amigos reunidos para deleitarse con la experiencia de saborear un delicioso paste y compartir animadas conversaciones.
Los pastes, más que un manjar culinario, encarnan la esencia y la historia de Hidalgo. Cada bocado es un viaje en el tiempo que nos conecta con las raíces de una comunidad que ha sabido preservar y enriquecer su legado gastronómico. Los pastes no son solo alimentos, son el testimonio de una tradición viva que continúa conquistando paladares con su sabor inigualable.
¿Cuál es tu sabor favorito? Te leemos en los comentarios.
