Ciudad de México
Por Iván Enrique Aranza Palmero
Anclado en el corazón de Durango, México, Nombre de Dios se revela como un tesoro oculto, especialmente mágico durante la temporada navideña. Este pueblo mágico, lejos del ajetreo de las grandes urbes, se convierte en un crisol de tradiciones, calles empedradas y una hospitalidad que teje la esencia misma de la cultura mexicana.
Nombre de Dios, fundado en 1563, es un testigo viviente del devenir histórico de Durango. La Parroquia de Santa María de Nombre de Dios, con su arquitectura colonial imponente, cuenta la historia silenciosa del pueblo. Durante la Navidad, las calles empedradas se iluminan con luces festivas, creando un ambiente acogedor que invita a locales y visitantes a sumergirse en la magia de la temporada.
La celebración de festivales y tradiciones es un aspecto vital de la identidad de Nombre de Dios. La Feria de la Manzana, celebrada en septiembre, da paso a las preparaciones navideñas con eventos culturales, danzas tradicionales y procesiones que generan una anticipación festiva. Durante diciembre, la plaza principal se convierte en el epicentro de las festividades, con actividades para toda la familia y la llegada de la temporada navideña.
La gastronomía en Nombre de Dios adquiere un toque festivo durante la Navidad. Desde platillos tradicionales como el bacalao a la vizcaína hasta las delicias típicas de la temporada, la cocina local se convierte en un festín para los sentidos. Los aromas de tamales y buñuelos impregnan el aire, creando una sinfonía culinaria que celebra la unión y la alegría propias de la Navidad.
La hospitalidad en Nombre de Dios resplandece durante la Navidad. La comunidad se une para recibir a visitantes con alegría y compartir las tradiciones de la temporada. Desde posadas comunitarias hasta la bienvenida en los hogares locales, la hospitalidad duranguense crea una conexión auténtica que transforma la visita en una experiencia cálida y festiva.
Nombre de Dios, Durango, no solo es un destino mágico; es un rincón donde la magia navideña se entrelaza con la riqueza cultural. Este pueblo mágico, con sus luces brillantes y tradiciones arraigadas, invita a sumergirse en una experiencia navideña auténtica que deja huellas duraderas en el corazón de quienes lo visitan.
De parte del Godínez viajero te invitamos a que te des una vuelta en estas navidades con tus seres queridos y pases una tarde increíble.
