Ciudad de México
Por Iván Enrique Aranza Palmero
Joya escondida en el corazón de Hidalgo, México, despierta la curiosidad de quienes buscan sumergirse en un rincón lleno de encanto. Este pueblo mágico, impregnado de historia y rodeado de paisajes naturales imponentes, se erige como un destino único que cautiva a cada visitante.
Las calles empedradas de Huasca de Ocampo transportan a los viajeros a través de los siglos, revelando su herencia colonial. La Parroquia de San Juan Bautista, construida en el siglo XVI, destaca como un tesoro arquitectónico, invitando a los curiosos a explorar sus detalles históricos y religiosos.
La naturaleza se manifiesta de manera espectacular en Huasca de Ocampo, siendo el bosque de prismas basálticos uno de sus tesoros naturales más destacados. Este fenómeno geológico, esculpido por la actividad volcánica, crea un paisaje surrealista de columnas de basalto que deleitan la vista y la imaginación de quienes lo exploran.
La Peña del Aire, un mirador natural, se erige como un punto culminante para los amantes de la panorámica. Desde este enclave, los visitantes pueden disfrutar de vistas impresionantes del valle, mientras exploran senderos que serpentean entre la flora y fauna locales.
La gastronomía de Huasca de Ocampo no se queda atrás. Los sabores tradicionales mexicanos se entrelazan con ingredientes locales, ofreciendo a los comensales una experiencia culinaria auténtica. Los mercados locales exhiben una rica variedad de productos frescos y artesanías, reflejando la identidad cultural única del pueblo.
Huasca de Ocampo es mucho más que un destino turístico; es un encuentro armonioso entre la historia, la naturaleza y la cultura. Invita a los viajeros a descubrir la riqueza de su patrimonio, a maravillarse con la belleza de sus paisajes y a sumergirse en la autenticidad de sus tradiciones.
De parte del Godínez Viajero, ¡Te recomendamos visitar Huasca de Ocampo!
