«Piñatas»

 

Ciudad de México 

Por Leonardo Resendiz  

Dale dale dale, no pierdas el tino, porque si lo pierdes, pierdes el camino.

Piñatas, todos tenemos historia con las piñatas. Desde el niño que es aplastado por todos hasta la niña que termina descalabrada por un pedazo de la piñata de barro. No hablamos de accidentes graves como contusiones, aunque se siente como una, pero nunca pasa de un chichón. 

Puede que también recuerden esas veces cuando golpeábamos con un palo de madera las piñatas de barro y lo único que se movía éramos nosotros por la vibración del golpe. Sin duda son hermosas las experiencias que se tienen con las piñatas, aunque ahora que las vemos bien también son aterradoras.

Las piñatas forman parte de las cosas más divertidas en una fiesta. La parte favorita de las piñatas es cuando pasan a golpearla y el momento más emocionante cargado de adrenalina por la ansiedad de tomar más dulces que los demás es cuando finalmente se rompe y salen volando por todas partes los dulces, es toda una experiencia en la que cuando eres niño no sabes si vas a salir vivo o no de entre toda la montaña de niños. 

No todas las piñatas son de barro, también podemos encontrarlas de cartón, arcilla, papel periódico o papel maché y pueden ser de todas las formas y todos los colores. Las piñatas por lo general están llenas de dulces, pero en México hay veces en las que se llenan con fruta (que si me lo preguntan no es muy agradable, es peor que te caiga una caña en la cabeza a una paleta).

Ustedes Godínez ¿En qué festividad rompen las piñatas? ¿Los han descalabrado? ¿Con qué fruta o qué dulce?

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