Ciudad de México
Por Leonardo Resendiz
El ángel de la independencia es más que un simple monumento en la Ciudad. El ángel representa a todo un país, representa la lucha y el coraje de muchos mexicanos que pelearon por su libertad. El ángel es más que una escultura de bronce y mármol. Desde su inauguración en 1910, el Ángel de la Independencia se convirtió en el símbolo nacional de México. Representa la determinación del pueblo mexicano por liberarse del yugo colonial español y establecer su identidad como nación independiente.
El Ángel de la Independencia también ha sido testigo de momentos oscuros en la historia mexicana. Ha presenciado protestas y manifestaciones, ha llorado lágrimas invisibles por los caídos en la lucha por la justicia y ha sido un faro de esperanza para aquellos que aún luchan por un México mejor.
Cada noche cuando el sol se oculta y cada día que amanece cuando las luces de las ciudad se apagan, se ilumina con los rayos del sol su figura imponente, el Ángel de la Independencia sigue siendo un recordatorio de la fuerza del espíritu humano y de la capacidad del pueblo para superar cualquier adversidad.
Es un llamado a la unidad y a la resistencia, una invitación a nunca olvidar las raíces de la nación mexicana y a seguir luchando por un futuro donde la libertad y la justicia sean accesibles para todos. Es el legado que nos dejaron nuestros antepasados, es el espíritu de lucha que tenemos todos los mexicanos desde que nacemos, un espíritu de lucha que solo desaparece cuando morimos y también es el amor que tenemos hacia nuestra patria, una patria que los mexicanos defenderemos hasta el final de nuestros días.
Ustedes godínez, ¿Qué sienten al ver el ángel de la independencia?, ¿Alguna vez han ido a festejar el triunfo de su equipo favorito al ángel? Cuéntenos cualquier experiencia que hayan tenido cerca de este maravilloso monumento.
