«Pedro Infante: Un ícono de la época dorada del cine mexicano»

Ciudad de México 

Por Leonardo Resendiz 

¿Quién diría que una guerra nos traería a una leyenda mexicana?, un leyenda que se ganó el cariño de las personas y no por haber participado en una guerra, sino por mostrar la belleza del séptimo arte cuando la humanidad más necesitaba encontrar el consuelo en la vida.

Corría 1939 cuando la segunda guerra mundial dejaba muerte y destrucción con todo a su paso. Europa, Asia, África, Oceanía y América; los 5 continentes estaban siendo testigos del mayor conflicto de la humanidad. Europa, Asia y África estaban destruidas por el paso de las potencias y los aliados. En América dos países habían entrado de lleno en esta contienda; Canadá y Estados Unidos, estos dos países destinando todos sus recursos a la guerra dejaron de lado por completo todas las demás actividades, incluyendo el cine. 

México como país neutral decidió no intervenir en este conflicto, pero podía hacer algo más, podía hacer cine para aliviar el alma de la humanidad. Aprovechando que las grandes potencias dejaron de hacer películas y las pocas que se producían trataban de la guerra México decidió implementar mayor calidad en sus películas y tratar temas diferentes y más versátiles. Es así que se fortalece la industria del cine mexicano y con ella surgen varias figuras icónicas del cine mexicano, entre ellas Pedro Infante.

Pocos actores son tan influyentes y queridos como Pedro Infante. Nacido el 18 de noviembre de 1917, Infante se convirtió en un símbolo del cine dorado mexicano y dejó una huella imborrable en la industria cinematográfica. Su legado va más allá de sus habilidades actuales y se entrelaza profundamente con la cultura y el espíritu del pueblo mexicano.

Pedro Infante no solo fue un actor excepcional, sino también un talentoso cantante y compositor. Su carisma natural y su capacidad para expresar una amplia gama de emociones en pantalla lo convirtieron en un actor muy querido. Infante tenía la habilidad de interpretar a personajes que resonaban con la audiencia, desde el héroe romántico hasta el hombre común luchando contra las adversidades de la vida. Esta versatilidad le permitió conectarse con personas de todas las edades y clases sociales.

Lo que hace que Pedro Infante sea verdaderamente especial es su capacidad para personificar la identidad mexicana en la pantalla. Sus personajes eran a menudo personas comunes, luchando por una vida mejor en un México que estaba experimentando transformaciones sociales y económicas significativas.

A través de sus películas, Infante retrató la esperanza, la pasión y la lucha del pueblo mexicano, convirtiéndose en un símbolo de la perseverancia y la determinación.Sus películas se volvieron muy populares en toda latinoamérica, Estados Unidos y parte de Europa, porque reflejaba la vida normal, algo que en esos tiempos las personas anhelaban tanto.

Además de su talento actoral, la música de Pedro Infante también será un papel fundamental en su legado. Sus canciones, como «Cien años» y «Amorcito Corazón», se han convertido en clásicos atemporales que siguen siendo populares hasta el día de hoy.

Pedro murió a los 39 años y junto con él una parte del séptimo arte. Aunque su nombre resonará en México y latinoamérica por muchos años, con sus actuaciones y canciones se convirtió en leyenda y las leyendas nunca mueren. 

Porque Pedro Infante significó y sigue significando mucho para la industria del cine mexicano, para el séptimo arte.

Ustedes Godinez, ¿alguna vez han visto una película de Pedro Infante? ¿Le han dedicado a alguien su famosa canción “Amorcito Corazón”? estamos más que seguros que le han pedido a los mariachis cantar “Cien años”.

 

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