*Leyenda potosina: La Dama Enlutada*

Ciudad de México 

Por Leonardo Resendiz 

La leyenda de la dama enlatada… digo, de la dama enlutada. Es una leyenda de origen potosino, de la cual existen diferentes versiones y cada una de ellas es igual de aterradora que las demás. Esta leyenda es motivo de noches de insomnio tanto para niños como para adultos porque a diferencia de otras leyendas donde las víctimas son mayormente niños y niñas, en esta no importa la edad que se tenga, siempre se corre peligro de encontrarse con la dama enlutada.

Muchas son las leyendas que alberga este país, todos conocemos alguna leyenda que nos contaban nuestros tíos o nuestros abuelos cuando éramos niños, esas leyendas que hacían  que pasaramos toda la noche en vela con los ojos viendo al techo y dando por hecho que cualquier ruido que escuchamos tiene que tener una fuente paranormal. Esta es una de esas historias, si quieres dormir esta noche es mejor que no sigas leyendo, pero se que no será así, quieres saber lo que pasó con la dama enlutada, y porque es motivo de terror entre los potosinos.

La Leyenda de la Dama Enlutada es un relato que ha circulado en diversas formas en diferentes culturas a lo largo de la historia. Aunque las versiones pueden variar, todas las versiones de esta leyenda involucran a una dama vestida de negro y con un velo, a menudo vista en lugares asociados con muertes o tragedias. La que les contaremos tiene que ver con un panteón, un taxi, una medalla y las iglesias potosinas.

Según la leyenda, la Dama Enlutada es un espíritu atormentado que vaga en busca de su ser querido fallecido. Su apariencia enlutada se asocia a menudo con la pena y el luto eterno. Algunas versiones de la leyenda dicen que la Dama Enlutada puede aparecer para anunciar a las personas sobre la inminencia de la muerte o para consolar a quienes están afligidos por la pérdida de un ser querido. Así es como comienza la historia en un panteón de San Luis Potosí.

Una noche después de la celebración de una fiesta muy importante de un pueblo Potosino un taxista buscaba pasajeros para llevar, pero esa misma noche el destino le tenía preparado algo más que un simple viaje en auto. Hacía frío y el viento soplaba con tanta fuerza que se lograba escuchar el silbido que hace el aire cuando choca con los árboles. No pasó mucho tiempo para que el taxista notará una sensación de que esa no era una buena noche para trabajar, pues el ambiente en el pueblo se notaba extraño, se notaba solitario y algo aterrador.  

Cuando ya iba de regreso a su casa pasó enfrente del viejo panteón del pueblo, era su ruta habitual para llegar a casa, pero a lo lejos en la entrada del panteón notó a una persona,se le hizo algo extraño al principio pero después recordó que esa noche había sido la fiesta del pueblo así que dio por hecho que era algún borracho que se había perdido de camino a casa.

Su sorpresa regresó cuando la persona alzó la mano para que le hiciera parada, con muchas dudas el taxista decidió pararse y preguntarle a dónde iba a lo que la persona respondió “ Voy a visitar las viejas iglesias del pueblo, ¿me podría llevar?” el taxista respondió que sí ya que no le quedaba de otra, necesitaba el dinero.

Cuando la abrió la puerta por fin pudo notar que era una mujer la persona a la que había recogido, se le hizo extraño porque su voz no era de acuerdo a su aspecto. Cuando la mujer por fin entró al vehículo el taxista sintió una sensación extraña corriendo por su cuerpo. Tenía miedo. Pero miedo ¿Por qué?, no tenía nada que temer, era solamente una persona más. 

Iglesia por iglesia la mujer bajaba del auto a rezar, no podía entrar claro porque a altas horas de la noche las iglesias estaban cerradas. Cuando por fin llegaron a la última iglesia del destino la mujer bajó y comenzó a rezar como en las demás paradas qué habían hecho, solo que para cuando regresó al auto su mirada y su aspecto había cambiado, su piel era más pálida y su mirada vacía pero penetrante.Para este punto el taxista ya había aceptado que algo malo estaba pasando así que condujo lo más rápido hasta el lugar donde había recogido a aquella mujer tan misteriosa.

Al bajarse de la unidad la mujer le dio una medalla de oro al taxista diciendo que no tenía dinero para pagarle pero podía conservar la medalla, pero también le entregó una carta y le dijo que si no era de su agrado la medalla que por favor fuera a la dirección en la hoja y entonces su hermano le pagaría en efectivo lo del viaje. El taxista asintió con la cabeza y se marchó.

Al día siguiente fue a la dirección para cambiar la medalla por billetes, pero la sorpresa que se llevó fue que el hermano de aquella mujer le contó que si, efectivamente era la medalla de su hermana, pero que ella había muerto hace ya un tiempo. Dejando tanto el dinero como la medalla el taxista salió corriendo de ahí. Días después el taxista falleció por  causas desconocidas pero encontraron su cuerpo junto con un velo negro en la entrada del panteón. 

Esta fue la historia de la dama enlutada, no mientas diciendo que no te la imaginaste en la entrada del panteón, porque aquí en el godínez viajero no hemos podido dormir desde hace una semana.

En fin, ¿Ya conocías la historia? ¿Dejarías subir a tu carro a una mujer que encontraste enfrente de la entrada del panteón? 

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