«La novia del mar»

Por Leonardo Resendiz

Hola Godínez Viajeros.

¿Alguna vez han escuchado a alguien decir «amo el mar»? Pues esta leyenda nos dice que el mar puede ser hermoso pero también celoso, como tu ex. Y tóxico. Si bien esta historia no es muy conocida, es una historia de
amor, celos y tristeza, la nostalgia que lleva consigo la soledades abrumante. El mar y su necesidad de que siempre esté siendo apreciado.

Cuenta la leyenda que en Campeche había una mujer que vivía enamorada del mar, pues contemplaba siempre sus olas y la tranquilidad que transmitían el chocar entre ellas. La mujer campechana se paseaba por el Malecón de Campeche viendo las olas y los barcos que llegaban al puerto. Cuando los barcos llegaban a puerto a ella le gustaba imaginar como eran los países de los que provenían y sus mercancías, pues nunca había salido de Campeche.

La mujer pasó tanto tiempo apreciando al mar que este se enamoró de ella. El mar, enamorado hacia todo para que la mujer se sintiera cómoda al verlo, creaba grandes olas, pero a medido que se acercaban a la costa las disminuía para que la mujer se mantuviera intacta. Pasó el tiempo y pasaban las olas.

Un día cuando la mujer se dirigía a contemplar al mar se topó con un marinero, de inmediato tuvieron una conexión y se enamoraron. Aquel amor era tan radiante que el mismo mar comenzó a tener celos pues los ojos de la mujer ya tenían a alguien más, los ojos de la mujer ya no contemplaban al mar. El romance se fue haciendo mas fuerte conforme pasaba el tiempo y, el mar, hundido en el hábito de amar a la mujer, se sentía solo y olvidado.

El marinero tuvo que zarpar un día, pero este le prometió a su amada que regresaría intacto. Se despidieron con un abrazo y un beso sin saber que sería el último.

El mar al enterarse provocó una tormenta enorme ese día, las olas que creaba era gigantes, provocando que el barco en el que iba el marinero se hundiera y el amor de la mujer con el. La mujer aún sigue esperando a su
amado en el Malecón de Campeche, viendo al horizonte y al mar buscando con sus ojos el barco de su amado.

Entre mas radiante el amor, mas grandes las sombras. La mujer aún puede verse esperando al marinero que amo
tanto una vez… y el mar ahora la contempla a ella buscando su mirada.

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