Ciudad de México
Por Leonardo Resendiz
¿Ya no trajo a la gûera?
Los tacos en México son algo inigualable, el amor de los mexicanos por su gastronomía es colosal, desde que llegas al monumento a la revolución te das cuenta de ello, la filas para entrar al evento son gigantescas, pareciera que las personas esperarían toda una vida para probar está comida que representa a todo un país, eso es lo que el pueblo mexicano siente por su gastronomía.
Y es que el pasado sábado 2 de agosto se llevó a cabo en el monumento a la revolución un evento de tacos, donde se invitaron a más de 50 taquerías de toda la ciudad y cada una de ellas tiene un sazón diferente y único que las separa de las demás.
Podíamos encontrar todo tipo de tacos en esta feria, desde los clásicos tacos al pastor que representan el hambre chilanga con el sagrado equilibrio entre lo salado y lo dulce, hasta los mas extravagantes como lo son el pastor negro de carne de jabalí.
En cada uno de los puestos que podías encontrar dentro de la feria veías una gran cantidad de personas comprando lo que para ellos era algo nuevo y una experiencia deliciosa. Tacos de carnitas, tacos de pescado, tacos de pastor, taco de asada, tacos veganos e incluso tacos con más de 100 años de historia fueron algunos de los tacos que atrajeron las miradas de los comensales y claro no podía faltar probar uno de cada uno para no quedarse con el antojo. La única desventaja era que las filas en cada puesto eran enormes y podías tardar más de media hora en probar un taco.
En todos los puestos se trataba a los clientes con cariño y amabilidad, porque esa es la esencia de un taquero, tratar a los clientes como si fueran parte de su familia, porque la comida siempre sabe mejor si nos envuelven en un ambiente cálido y agradable.
Y no solo se veían mexicanos en este evento, había muchas personas extranjeras que se adentraban entre los puestos y la sonrisa que tenían en su rostro era de mera emoción al ver tanta comida y no saber ni qué probar primero.
El taco que predomina sobre los demás era el taco de pastor, y ¿cómo no? si es el taco representativo de la ciudad, es el taco original y es al que un chilango nunca va a renunciar. En cada uno de los puestos o al menos en la mayoría se lograba visualizar un trompo de pastor asándose a fuego lento y dejando escurrir sus jugos para darle sabor a las tortillas que amortiguan la caída de la grasita. Este taco en especial tiene que tener tres elementos necesarios, tiene que tener una tortilla pequeña, con grasa pero no demasiada, solo al punto en el que se pueda doblar, el pastor debe estar bien marinado y bien asado y finalmente la salsa, si no hay una buena salsa el taco o se deshace o es incomible.
Lo impresionante de esta gran metrópoli es que depende del horario puedes encontrar diferentes tipos de tacos, en la mañana encuentras tacos de carnitas o de barbacoa, en la tarde de tacos de canasta y guisado y finalmente, en la noche encuentras los tacos de pastor, campechanos, suadero, cabeza, tripa, costilla y demás tipos de carnes que al llegar al puesto se nos hace agua la boca, tan solo con ver cómo se preparan los tacos se nos antojan y el cómo la grasa brilla de una manera seductora ante nuestros ojos, y estos terminan por hacer gruñir al estómago, es como un efecto en cadena.
Y cuando hablamos de tacos no podemos dejar atrás a los taqueros, estos trabajadores incansables que le han dado de comer a millones de bocas, que han alimentado a la nación incansablemente y así como todos los tacos son únicos, también los taqueros lo son, todos tiene diferentes talentos, formas de servir un taco y formas de hacer un taco. Cada uno tiene su propio estilo y propio arte.
